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Perspective

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“Es hora de regular los estándares y los criterios para los compromisos de cero emisiones”

Ciudades, regiones y empresas de todo el mundo se han fijado objetivos para alcanzar las cero emisiones netas. Derik Broekhoff, de SEI, da recomendaciones sobre la regulación de los estándares y criterios de cero emisiones al Grupo de Expertos de Alto Nivel del Secretario General de la ONU.

Derik Broekhoff / Published on 10 October 2022
Worker assembling wind turbine

La energía eólica es una de las fuentes renovables necesarias para lograr la transición hacia la baja emisión de carbono. Foto: Joan Sullivan / Climate Visuals Countdown

Una gran número de ciudades, regiones y empresas se ha fijado el objetivo de conseguir cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para mediados de siglo y el número sigue en aumento. Sin embargo, no siempre está claro en qué consiste realmente el objetivo de cero emisiones proclamado por uno de estos actores. Una encuesta realizada el año pasado reveló que, si bien los objetivos de cero emisiones netas abarcan dos tercios de la economía mundial, los objetivos verdaderamente sólidos sólo cubren el 5%.

Aumentar el porcentaje de objetivos significativos -los vinculados a trayectorias de emisiones con base científica, con objetivos intermedios claros y planes de acción- requerirá más gobernanza y supervisión. Iniciativas voluntarias como la campaña “Carrera hacia el cero”, respaldada por la ONU, en cuyo Grupo de Expertos de Revisión de Pares participo, ha comenzado a realizar esta labor de supervisión, estableciendo criterios sólidos para objetivos creíbles de cero emisiones netas y evaluando a los posibles miembros

Estas iniciativas son sólo el comienzo. Como lo deja claro un reciente reporte realizado por los Campeones del Clima de Alto Nivel de la ONU, para que los estándares voluntarios sean creíbles deben reforzarse mediante la regulación y, en última instancia, traducirse en principios fundamentales para la economía mundial. Consciente de ello, el Secretario General de la ONU, António Guterres, anunció la creación del Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre los Compromisos de Cero Emisiones Netas de las Entidades No Estatales (HLEG por sus siglas en inglés) en la conferencia de la ONU sobre el cambio climático del año pasado, la COP26. El Grupo de Expertos tiene la misión de hacer recomendaciones para establecer estándares más claros para los compromisos de cero emisiones netas y determinar una hoja de ruta para traducir estos estándares en regulaciones internacionales y nacionales. En los comentarios presentados al HLEG en agosto de 2022, identifiqué los elementos de esa hoja de ruta para los objetivos voluntarios de las empresas.

Una mejor supervisión de los compromisos voluntarios de #CeroEmisionesNetas sólo puede ser el principio. Necesitamos regulación a nivel nacional e internacional que respalde unos estándares voluntarios claros y creíbles.

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Tres opciones para regular las declaraciones de cero emisiones netas de las empresas

Cuando se trata de reglamentar las declaraciones medioambientales de las empresas, los gobiernos suelen emplear principalmente tres enfoques normativos: requisitos de divulgación relacionados con la sostenibilidad, regulaciones respecto a la veracidad de los mensajes publicitarios que usan las empresas y programas de certificación y reconocimiento dirigidos por el gobierno.

Los requisitos de divulgación suelen regular la información que las empresas que cotizan en bolsa deben revelar, en los informes públicos y/o en las presentaciones ante los reguladores, en relación con sus resultados financieros actuales y esperados. Estos requisitos pretenden proporcionar a los inversores y accionistas un acceso justo a la información relevante para tomar decisiones de inversión. Los requisitos de divulgación relacionados con la sostenibilidad estipulan lo que las empresas deben revelar en relación con los impactos ambientales y sociales de sus operaciones, junto con los acuerdos de gobierno corporativo pertinentes.

La regulación sobre publicidad veraz impone restricciones legales sobre lo que las empresas pueden afirmar con respecto a las cualidades, características o rendimiento de sus productos y servicios. Por lo general, estas normas se refieren a las afirmaciones publicitarias específicas de los productos o servicios, como por ejemplo si son “respetuosos con el medio ambiente”, aunque pueden extenderse a las afirmaciones de sostenibilidad a nivel corporativo en determinadas circunstancias.

Los programas de certificación y reconocimiento medioambiental son programas dirigidos por los gobiernos que reconocen formalmente a los agentes no estatales (incluidas las empresas) por su excepcional desempeño en materia medioambiental. Pueden adoptar diversas formas, pero suelen consistir en programas de ecoetiquetado, que se utilizan para certificar los productos que cumplen los estándares técnicos ambientales, o en programas de reconocimiento empresarial que proporcionan orientación técnica junto al reconocimiento de los actores que demuestran un desempeño ejemplar en el establecimiento y la consecución de objetivos ambientales voluntarios.

Las prioridades a corto plazo incluyen el establecimiento de reglamentación para los requisitos de divulgación. A largo plazo, los enfoques normativos deberían conectar de forma más explícita los compromisos voluntarios de cero emisiones con los esfuerzos más amplios impulsados por las políticas para enfrentar el cambio climático.

Regulación en el corto y largo plazo

Lo ideal sería que los gobiernos combinaran los tres enfoques normativos, comenzando por las regulaciones de divulgación y publicidad a corto plazo. Las prioridades a corto plazo deberían reglamentar los requisitos de divulgación para:

  • La divulgación completa de la información necesaria para evaluar los objetivos de reducción de emisiones de las empresas y el sector financiero.
  • La identificación clara de las acciones a corto plazo a las que se comprometen los actores.
  • La presentación de informes periódicos y la divulgación de los avances en la aplicación de las acciones comprometidas.
  • La auditoría de la información comunicada por parte de auditores acreditados con experiencia en la contabilidad de gases de efecto invernadero (no sólo auditores financieros).

A largo plazo, será importante desarrollar enfoques normativos que conecten más explícitamente los compromisos voluntarios de cero emisiones con los esfuerzos más amplios impulsados por las políticas para abordar el cambio climático. Los gobiernos podrían promover esa conexión a través de programas de reconocimiento y certificación que incorporen criterios relacionados con el avance de los objetivos de las políticas nacionales y reglamentos del tipo “taxonomía” que delimiten explícitamente qué tipos de acciones y objetivos están alineados con las prioridades nacionales (y mundiales) para una transición justa hacia las cero emisiones netas.

Desarrollo de una hoja de ruta

En su labor de elaboración de una hoja de ruta para plasmar los estándares y criterios de cero emisiones en reglamentos de ámbito nacional e internacional, el Grupo de Expertos debería tener en cuenta lo siguiente:

  • Los gobiernos nacionales, especialmente en el Norte Global, deberían seguir trabajando para implementar regulaciones para los requisitos de divulgación relacionados con el clima que aborden explícitamente la información necesaria para evaluar los objetivos de cero emisiones netas de las empresas y el sector financiero, utilizando los criterios desarrollados en los estándares independientes de cero emisiones netas.
  • Asimismo, los gobiernos nacionales deberían considerar la posibilidad de complementar los requisitos de divulgación con normativas de protección al consumidor que vigilen las afirmaciones publicitarias falsas o engañosas relacionadas con los objetivos corporativos de reducción de emisiones.
  • Paralelamente, los gobiernos nacionales deberían empezar a trabajar para traducir lo estándares y criterios generales de cero emisiones a sus contextos nacionales e identificar explícitamente cómo la acción voluntaria de las empresas puede contribuir a la acción de mitigación por encima y más allá de las obligaciones reglamentarias actuales y previsibles y avanzar y acelerar una transición justa hacia los objetivos nacionales y mundiales de cero emisiones.
  • Para conectar de forma más explícita los compromisos de las empresas con los objetivos nacionales y mundiales, los gobiernos nacionales también deberían considerar la posibilidad de establecer programas de reconocimiento y certificación dirigidos por los reguladores para los actores voluntarios que incorporen criterios y orientaciones relacionados con los objetivos de las políticas nacionales e internacionales y establecer reglamentos de “taxonomía cero emisiones” que aclaren las expectativas relacionadas con los elementos clave de los objetivos de cero emisiones para actores no estatales, como la rapidez con la que se espera que los actores de los diferentes sectores reduzcan las emisiones, el nivel de emisiones que puede calificarse como “residual” para los diferentes sectores y los tipos de medidas de mitigación de la cadena de valor o de mitigación/compensación externa a los que se debería aspirar para ayudar a avanzar en los objetivos de transición justa.

Para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, los gobiernos tendrán que hacer mucho más que supervisar mejor los compromisos voluntarios de cero emisiones netas. Si adoptan estas medidas, pueden aprovechar directamente la ambición de los actores voluntarios para acelerar una transición integral hacia las cero emisiones netas.

Escrito por

Derik Broekhoff

Senior Scientist

SEI US

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