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La contradicción inherente de la Era de la Información es evidente para cualquiera que haya buscado algún tipo de información disponible en cualquier lugar. Las personas se sienten abrumadas por demasiada información y mal informadas porque no pueden encontrar la información que buscan. Tal estado de cosas impide el intercambio significativo de información que puede impulsar el progreso en las misiones globales clave del mundo: lograr los objetivos del Acuerdo de París, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastre.
Las cosas no necesitan ser así.
Nuestro trabajo reciente argumenta que una práctica comercial básica, a menudo pasada por alto, tiene el poder de cambiar el status quo. Esta práctica es la gestión de la información y el conocimiento, un término que usamos para referirnos al proceso sistemático de recopilación e intercambio de datos, información y conocimiento para que las personas puedan encontrarlo fácilmente, y luego, por supuesto, usarlo.
“Transformar la gestión del conocimiento para la acción climática: una hoja de ruta para el descubrimiento y el aprendizaje acelerados” presenta un camino a seguir. Escrito para el proyecto PLAtform for Adaptation and Climate ReDuction (PLACARD) de la Unión Europea, el informe se dirige específicamente a las comunidades de adaptación al cambio climático (CCA) y reducción del riesgo de desastres (DRR), pero su mensaje se aplica a las agendas de clima y sostenibilidad de manera más amplia.
La urgencia de estas agendas mundiales significa que ya no podemos permitirnos desperdiciar tiempo o recursos buscando el núcleo de información más creíble o relevante escondido en algún rincón virtual. No podemos permitirnos implementar una medida sin aprender de las experiencias de una intervención similar que ha demostrado su valía en otros lugares. Y no podemos permitirnos implementar medidas que previamente se revelaron como ineficaces o contraproducentes. En resumen, todas las personas que trabajan en estas agendas necesitan formas mejores y más rápidas de aprender unas de otras.
“Podemos abrir y acelerar el progreso si cambiamos nuestra forma de pensar y abordamos los conceptos básicos de la gestión de la información y el conocimiento.”
El informe describe seis pasos que aquellos que trabajan en tales agendas pueden tomar ahora para mejorar la “capacidad de descubrimiento” de la información necesaria con las tecnologías existentes. Describe pasos adicionales a mediano y largo plazo que prepararán el escenario para aprovechar los enfoques emergentes de inteligencia artificial, que prometen generar nuevas percepciones mucho más rápido de lo que es posible actualmente a través de la capacidad intelectual humana.
Al mismo tiempo, nuestro trabajo muestra que las herramientas tecnológicas por sí solas no pueden resolver el problema. El progreso depende en gran medida de la adopción y el uso de prácticas universales y estandarizadas por parte de quienes trabajan en estos temas: gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y la comunidad investigadora. El éxito requiere cooperación y coordinación global. Todos los involucrados necesitarán encontrar los medios para invertir en las prácticas y tecnologías a nuestra disposición, utilizando herramientas como terminologías definidas, taxonomías, ontologías y gráficos de conocimiento. Instituir prácticas estandarizadas y universales que permitan un intercambio de conocimiento más efectivo de manera más efectiva. Este desafío requiere demandas de una nueva mentalidad y una nueva voluntad colectiva.
Para comprender la importancia de tales pasos, uno solo necesita considerar la definición de una sola palabra: “verde”. Surgen debates sobre cómo usar el “verde” como una descripción de los proyectos y los instrumentos financieros, y si la designación revela ciertas garantías ambientales, o si se ha utilizado para proporcionar un revestimiento para prácticas menos deseables. Las controversias muestran la importancia – y la dificultad – de establecer alguna definición aceptada.
Nuestro trabajo sirve como una llamada de sirena para un mayor liderazgo y la inversión necesaria en la gestión de la información y el conocimiento. Aquellos de nosotros que trabajamos en las agendas de clima y sostenibilidad debemos convocar la voluntad colectiva de cambiar las prácticas prevalecientes para ayudarnos, no obstaculizarnos unos a otros. La gestión de la información y el conocimiento merece una mayor atención e inversión para lograr su potencial para servir a las misiones globales de nuestro tiempo.