Son muchos los factores que intervienen y alimentan la actual dinámica migratoria. La mayoría de ellos recaen en los factores estructurales de la economía, las condiciones sociales, los aspectos políticos y culturales, y cada vez más en los cambios medioambientales y los impactos diferenciados del cambio climático. Comprender esto último es clave para lograr la equidad, respuestas concretas y avanzar en el descubrimiento del nexo entre migración y cambio climático.
Existe un creciente interés por entender y comprender el intrincado y complejo fenómeno de las migraciones climáticas y el desplazamiento de personas debido al impacto del cambio climático. Esto se debe principalmente a las diferentes previsiones que indican que millones de personas comenzarán a moverse y desplazarse en las próximas décadas, junto con un aumento de los migrantes climáticos internacionales.
Como tema de actualidad, la migración despierta fuertes sentimientos: en ciertos casos, muy politizados. Sin embargo, dados los múltiples matices y aristas de las dinámicas migratorias, se han realizado varios esfuerzos para comprenderlas y analizarlas desde diferentes perspectivas. Estos van desde la naturaleza “obligatoria” del desplazamiento (comunidades que se ven obligadas a migrar) hasta las estrategias de adaptación para reducir la exposición al riesgo y mejorar la capacidad de adaptación, o incluso la exploración de los factores fundamentales de la economía, las condiciones sociales de vida, el género y las limitaciones culturales de los movimientos migratorios y su relación con el cambio climático.
No obstante, establecer una relación directa entre el cambio climático y la migración humana es una cuestión compleja. Las pruebas recientes intentan este enfoque y, aunque tienden a mostrar que el cambio climático en sí mismo no desplaza directamente a las personas ni provoca su migración, los datos apoyan que sí produce mayores vulnerabilidades que dificultan la supervivencia de las personas en lugares específicos.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, los investigadores y profesionales se han centrado en reconocer los vínculos más amplios y las implicaciones de un clima y un medio ambiente cambiantes en la movilidad humana y en desmitificar que todos se verán afectados por igual por el cambio climático, ni que todos los que están en riesgo emigrarán.
Bajo esta misma línea de interés particular, el proyecto de SEI “Descifrando la toma de decisiones que conducen a la migración climática” tiene como objetivo caracterizar los factores locales que influyen en la migración y brindar información para las políticas que buscan reducir la migración inducida por el cambio climático en el municipio de Nacaome, Departamento del Valle en el Corredor Seco de Honduras.
En concreto, el proyecto se centra en analizar y comprender los procesos individuales de toma de decisiones para identificar qué factores intervienen cuando una persona decide emigrar y la importancia de cada uno de ellos. Además, esta investigación va más allá de la escala regional para entender los motores de la migración y se centra en comprender este nexo a escala local.
El Corredor Seco Centroamericano y el municipio de Nacaome ya enfrentan presiones ambientales, migratorias y poblacionales que se espera se agraven en los próximos años, identificándose impactos severos en términos de sequía, altas condiciones de pobreza, ingresos por debajo del costo de la canasta básica y mayor dependencia de la actividad agrícola.
Los resultados preliminares de las entrevistas de campo indican que los factores que más influyen en la migración están asociados a factores económicos y sociales, como el desempleo, la búsqueda de oportunidades de trabajo, la inseguridad, la violencia, la pobreza y la falta de ingresos.
Los entrevistados identificaron la sequía, las inundaciones, las tormentas, las lluvias torrenciales, el aumento de las temperaturas y las olas de calor como factores secundarios. Aunque no reconocieron el cambio climático o sus efectos como motor principal de la migración, se pudo relacionar el desempleo, la pobreza y las oportunidades de trabajo con el escaso desarrollo de la región y la fragilidad de los medios de subsistencia con una alta vulnerabilidad a los cambios del clima y su capacidad debido a los bajos niveles de recursos humanos, financieros y naturales.
Aunque los estudios a nivel regional y nacional no son escasos, se necesitan más pruebas de los contextos locales para evaluar y abordar mejor los problemas intensificados provocados por los impactos del cambio climático, ya sea directamente o de forma colateral. En este sentido, hay que centrarse en los principales factores de vulnerabilidad climática que hacen que las personas sean propensas a desplazarse.
Además de que es probable que los efectos del cambio climático aumenten a medida que se arraiguen, el estudio señala que interactúan con otros factores percibidos por la gente como los principales impulsores de la migración. Los efectos del cambio climático en la migración son diversos y están entrelazados con factores sociales, políticos y culturales, y los fenómenos climáticos son sólo una de las cuestiones que deben tener en cuenta las políticas de migración climática. Es necesario seguir trabajando para abordar las raíces sociales y económicas de la vulnerabilidad humana y de los ecosistemas al cambio climático de forma compleja e integrada en un contexto de elaboración de políticas que proteja y atienda las necesidades de los potenciales migrantes climáticos.
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